viernes, 14 de agosto de 2015

el cáncer. biología del crecimiento tumoral

Introducción

El cáncer es un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células. Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo. El tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo. Muchos tipos de cáncer se podrían prevenir evitando la exposición a factores de riesgo comunes como el humo de tabaco. Además, un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si se detectan en una fase temprana.
Las células cancerosas presentan un set específico de características que las distinguen de las células normales. Estas características le permiten a cada célula individual formar una masa de tumor y eventualmente metastatizarse a otras partes del cuerpo.
Existen diversos tipos de canceres y tumores de acuerdo a su localización, pero solo hablaremos sobre el tumor, el cáncer de mama, sus diferencias y cómo podemos detectar el crecimiento de estas células anormales en nuestro organismo.
  
El cáncer:

Es el nombre común que recibe un conjunto de enfermedades relacionadas en las que se observa un proceso descontrolado en la división de las células del cuerpo. Puede comenzar de manera localizada y diseminarse a otros tejidos circundantes. En general conduce a la muerte del paciente si este no recibe tratamiento adecuado. Se conocen más de 200 tipos diferentes de cáncer. Los más comunes son: de piel, pulmón, mama y color rectal.
El cáncer se menciona en documentos históricos muy antiguos, entre ellos papiros egipcios del año 1600 a. C. que hacen una descripción de la enfermedad. Se cree que el médico Hipócrates fue el primero en utilizar el término carcinos. La utilización por Hipócrates de este término “carcinos” (relativo al cangrejo) es puesto que relacionó el crecimiento de las células con el modo del cuerpo del cangrejo. El término cáncer proviene de la palabra griega karkinoma equivalente al latino cáncer. El cáncer es el resultado de dos procesos sucesivos: el aumento de la proliferación de un grupo de células denominado tumor o neoplasia y la capacidad invasiva que les permite colonizar y proliferar en otros tejidos u órganos, proceso conocido como metástasis.
La malignidad del cáncer es variable, según la agresividad de sus células y demás características biológicas de cada tipo tumoral. En general, el comportamiento de las células cancerosas se caracteriza por carecer del control reproductivo que requiere su función original, perdiendo sus características primitivas y adquiriendo otras que no les corresponden, como la capacidad de invadir de forma progresiva y por distintas vías órganos próximos, o incluso diseminándose a distancia (metástasis), con crecimiento y división más allá de los límites normales del órgano al que pertenecían primitivamente, diseminándose por el organismo fundamentalmente a través del sistema linfático o el sistema circulatorio, y ocasionando el crecimiento de nuevos tumores en otras partes del cuerpo alejadas de la localización original.
Las diferencias entre tumores benignos y malignos consisten en que los primeros son de crecimiento lento, no se propagan a otros tejidos y rara vez recidiva tras ser extirpados, mientras que los segundos son de crecimiento rápido, se propagan a otros tejidos, recidiva con frecuencia tras ser extirpados y provocan la muerte en un periodo variable de tiempo, si no se realiza tratamiento.

Biología del crecimiento tumoral.

 Crecimiento de las células tumorales.
Se conocen 3 variables influyen en el crecimiento tumoral:
1.    Tiempo de duplicación de las células tumorales: el ciclo celular de las células tumorales tiene las mismas cinco fases (Go, Gi, S, G2 Y M) que el de las normales. El tiempo total del ciclo celular de muchos tumores es igual o supera al de las células normales correspondientes. Por tanto, el crecimiento rápido y progresivo de un tumor no siempre puede achacarse un acortamiento de su ciclo celular.
2.    Fracción en crecimiento (FC): se refiere a la proporción de células de una población tumoral que se encuentran en replicación, o lo que es lo mismo, fuera de Go). La mayor parte de las células de los tumores clínicamente detectables no están en replicación. Incluso en algunos tumores de crecimiento rápido, la FC equivale aproximadamente al 20%.Las células abandonan el conjunto replicativo cuando se desprenden, se diferencian o regresan a Go. Así pues, el crecimiento progresivo del tumor no puede atribuirse a una FG extraordinariamente alta.
3.    Producción y pérdida de células: la acumulación de células tumorales que justifica el crecimiento progresivo del tumor se explica mejor por un desequilibrio entre la producción y la pérdida celulares. En algunos tumores el desequilibrio es muy grande y ello explica su crecimiento más rápido, en comparación con aquellos en los que producción supera sólo por un pequeño margen a la pérdida celular. Esto sucede especialmente con los que tienen una FC elevada.
 El conocimiento de la cinética celular tumoral tiene importancia clínica en los aspectos siguientes:
·         La velocidad del crecimiento tumoral depende de la FC y del grado de desequilibrio entre la producción y la pérdida de células tumorales. Una FC alta implica un crecimiento rápido. Es lo que sucede en algunos linfomas.
·         Sensibilidad de los tumores a la quimioterapia: puesto que casi todos los agentes antineoplásicos actúan sobre las células en división, los tumores con FC más altas son los más sensibles a estos fármacos. También son los que, sin tratamiento, crecen a mayor velocidad.
·         Periodo de latencia de los tumores: si todos los descendientes de una célula transformada inicial permanecieran en el conjunto replicativo, casi todos los tumores podrían detectarse clínicamente pocos meses después del comienzo del crecimiento tumoral. Sin embargo, como la mayoría de las células tumorales abandonan el conjunto en replicación, su acumulación es un proceso relativamente lento, por lo que el periodo de latencia, antes de que el tumor pueda detectarse con métodos clínicos, es de meses a años.
Diferenciación
Diferenciación: se refiere a la medida en que las células parenquimatosas del tumor se parecen a las células normales del tejido de origen, comparadas morfológicamente como funcionalmente.

Mecanismos de invasión y metástasis

Los pasos sucesivos que afectan a la infiltración y a las metástasis están perfectamente esquematizados en el esquema inferior. Los factores dependientes del huésped pueden interrumpir esta secuencia en cualquiera de sus fases. Los estudios experimentales hechos en animales indican que las células de un tumor primitivo son heterogéneas en lo que se refiere a su capacidad para metastatizar. Sólo algunos subclones pueden completar toda la secuencia representada en el esquema y son capaces de formar tumores secundarios en lugares distantes.

Infiltración de la matriz extracelular

Las células tumorales deben adherirse a la matriz extracelular, degradarla y penetrar en ella en las diversas fases de la cascada metastásica. Esta infiltración de la matriz extracelular puede dividirse en los cuatro pasos:

1.    Separación de las células tumorales entre sí. Las células tumorales permanecen unidas unas a otras gracias a vanas moléculas de adherencia, entre las que se encuentra una familia de glucoproteínas llamadas cadherinas. En diversos carcinomas, se ha encontrado una inhibición de las cadherinas epiteliales (E), que probablemente reduce la cohesión de las células tumorales.

2.    Unión a los componentes de la matriz. Las células tumorales se unen a la laminina y a la fibronectina a través de los receptores presentes en su superficie. La unión mediada por receptores es un paso importante para la infiltración.

3.    Degradación de la matriz extracelular: Una vez unidas, las células tumorales secretan enzimas proteolíticas que degradan los componentes de la matriz y crean vías de paso para su emigración. En sistemas experimentales, puede establecerse una correlación entre la capacidad de las distintas células tumorales, para degradar la matriz extracelular y su capacidad para metastatizar. Las enzimas importantes a este respecto son las colagenasas tipo IV (catalizan la separación del colágeno de la membrana basal), la catepsina D (una cisteína proteinasa) y el activador del plasminógeno de tipo urocinasa. Todas ellas actúan sobre una gran variedad de sustratos, entre los que se encuentran la laminina, la fibronectina y los núcleos proteicos de los proteoglucanos.


4.    Emigración de las células tumorales. Apenas se conocen los factores que favorecen la emigración de las células tumorales a través de las vías de paso creadas por la degradación de la matriz extracelular. En el proceso intervienen factores autocrinos de motilidad y productos de separación de la matriz extracelular.

Diseminación vascular y asentamiento de las células tumorales

En la circulación, las células tumorales forman émbolos, agregándose y adhiriéndose a leucocitos y, especialmente, a plaquetas circulantes. Las células tumorales agregadas logran cierta protección frente a las células efectoras antitumorales del huésped. El lugar en el que los émbolos tumorales anidan y producen crecimientos secundarios depende de varios factores:
·         El drenaje vascular y linfático de la localización primaria del tumor.
·         La interacción entre las células tumorales y los receptores específicos de órgano. Por ejemplo, algunas células tumorales poseen grandes cantidades de una molécula de adherencia, CD44, que se une a las vénulas de endotelio alto en los ganglios linfáticos, lo que facilita la formación de metástasis en ellos.
·         El microambiente del órgano o lugar. El tejido diana podría tener un ambiente no permisivo o un suelo desfavorable para el crecimiento de las siembras tumorales. En este sentido, un tejido rico en inhibidores de las proteasas podría resistirse a la penetración de las células tumorales).
A pesar de todo ello resulta imposible predecir con exactitud la localización de las metástasis de ningún tipo de tumor. Es evidente que muchos tumores no leen los libros de anatomía patológica.
Genética molecular de las metástasis
La gran pregunta que nos hacemos los investigadores oncológicos en la actualidad es si existen oncogenes o genes supresores del cáncer cuya principal o única contribución a la tumorigénesis consista en favorecer la aparición de metástasis. Si existen formas alteradas de genes que estimulan o inhiben el fenotipo metastásico, su detección en un tumor primario podría tener valor pronóstico e implicaciones terapéuticas. No se ha encontrado ningún «gen metastásico». El hecho de que las células metastásicas deben adquirir múltiples propiedades (expresión de receptores de adherencia, producción de colagenasas, factores de motilidad), parece indicar que no es que una sola alteración genética le proporcione la tendencia a metastatizar.
Los genes que codifican la cadherina o los inhibidores hísticos de las metaloproteinasas son considerados «genes supresores de las metástasis», pues la pérdida de actividad reduciría la adherencia celular y estimularía la proteólisis de la matriz extracelular.
Se están utilizando métodos para identificar posibles genes supresores de metástasis:
1.    Hibridación substractiva de las bibliotecas de cDNA obtenidas a partir de líneas celulares procedentes de metástasis tumorales y de células transformadas similares, pero sin capacidad metastatizante. Así se descubrió nm23, cuya expresión es elevada en las líneas celulares de bajo potencial metastásico y muy baja en las líneas con gran capacidad para formar metástasis. Sin embargo la misión de nm23 como supresor de las metástasis sigue siendo incierta.
2.    Transferencia. Así se han descrito otros dos genes candidatos: KAI-1 y Kiss. Localizado en el cromosoma 11p11-2, el gen KAI-1 inhibe las metástasis producidas por las células de cáncer prostático humano en los animales de experimentación. KAI-1 se expresa en la próstata normal, pero no en las metástasis del cáncer prostático. La transferencia del cromosoma 11, en el que se encuentra el gen KAI-1, inhibe la capacidad metastatizante pero no la tumorigenicidad de las células del cáncer prostático. Por su parte, el gen KiSS-1, también situado en el cromosoma humano 11, actúa de forma análoga en el melanoma maligno humano.
Aún no se conocen las funciones de estos interesantes genes, pero es probable que estén relacionadas con la regulación de algunos pasos esenciales de la cascada metastásica.

Características de las Células Tumorales

La multiplicación celular está cuidadosamente regulada y responde a las necesidades específicas del organismo.
Los exquisitos controles que regulan la multiplicación celular, en raras ocasiones, se alteran, originando una célula diferente a su progenitora. Una célula anormal aislada que no prolifere más que sus vecinas normales, no produce ningún daño significativo, sean cuales sean las otras propiedades desagradables que pueda tener; pero, si su proliferación está fuera de control, producirá un tumor o neoplasia que es una masa de células anormales creciendo descontroladamente.
Las células cancerosas presentan un set específico de características que las distinguen de las células normales. Estas características le permiten a cada célula individual formar una masa de tumor y eventualmente metastatizarse a otras partes del cuerpo.
Un gran rango de cambios ocurre durante la transformación de una célula normal a una célula capaz de formar un crecimiento canceroso. Todas las células cancerosas adquieren la habilidad de crecer y dividirse sin la necesidad de las señales apropiadas y/o en la presencia de señales inhibitorias. Existen también cambios detectables en las propiedades físicas de las células. Estos cambios incluyen lo siguiente:
•          Cambios en el citoesqueleto: La distribución y la actividad de los microfilamentos y microtúbulos pueden cambiar. Estas alteraciones cambian las maneras en las que la célula interactúa con sus vecinos, así­ como la apariencia de las células. Cambios en el citoesqueleto también pueden alterar la adhesión celular y su movimiento.
•          Adhesión/Movilidad celular: La reducción de la adhesión entre dos células y la de entre célula y matriz extracelular permite la formación de grandes masas de células. Las células cancerosas no muestran inhibición por contacto, y así­ pueden continuar creciendo aun cuando están rodeadas por otras células. Estas alteraciones en la adhesión celular también tienen efecto en la habilidad de las células para moverse. Las células cancerosas deben tener la habilidad de poderse mover y migrar para así­ poder propagar, y la adhesión celular juega un rol muy importante en la regulación de la movilidad celular.

•          Cambios nucleares: La forma y la organización de los núcleos en las células cancerosas pueden ser muy diferentes a las que se encuentran en las células normales del mismo origen. Este cambio en apariencia puede ser útil en el diagnóstico y determinación de la etapa de los tumores.
•          Producción de las enzimas: Las células cancerosas frecuentemente secretan enzimas que les permite invadir los tejidos vecinos. Estas enzimas digieren las barreras de la migración y la propagación de las células tumorosas.
•          Las células tumorales experimentan cambios morfológicos y estructurales, generalmente son más redondeadas que las normales, porque se han alterado las moléculas de adhesión celular (cadherina E) que posibilitan las uniones intercelulares.
•          Las células cancerosas tienen un índice mitótico elevado, es decir se dividen con mayor rapidez que las normales. Estas se multiplican en ausencia de factores estimulantes del crecimiento, requeridos por las células normales para su proliferación. Sin embargo, las células tumorales sintetizan sus propios factores de crecimiento que actúan en forma autócrina y parácrina, estimulando las células tumorales circundantes . Por lo tanto se ha producido en ellas una alteración del ciclo celular, con modificación de los reguladores naturales de la mitosis.
•          Las células tumorales malignas pueden desprenderse del tumor primario, pasar a la circulación y formar tumores secundarios en otros órganos, por medio del mecanismo de metástasis.
•          Las células cancerosas son angiogénicas, es decir que generan factores que inducen la formación de nuevos vasos a fin de suministrarle los recursos materiales y energéticos para su desarrollo y metástasis secundarias.

Origen del cáncer

Ciertos factores son capaces de originar cáncer en un porcentaje de los individuos expuestos a ellos. Entre éstos se encuentran la herencia, los productos químicos, las radiaciones ionizantes, las infecciones o virus y traumas. Los investigadores estudian como estos diferentes factores pueden interactuar de una manera multifactorial y secuencial para producir tumores malignos. El cáncer es, en esencia, un proceso genético. Las alteraciones genéticas pueden ser heredadas, o producidas en alguna célula por un virus o por una lesión provocada de manera externa.
Herencia: Se calcula que de un 5 a un 10% de los cánceres tienen un origen hereditario. Algunas formas de cáncer son más frecuentes en algunas familias: el cáncer de mama es un ejemplo de ello. El cáncer de colon es más frecuente en las familias con tendencia a presentar pólipos de colon. Una forma de retinoblastoma sólo aparece cuando está ausente un gen específico. Estos genes, denominados genes supresores tumorales o antioncogenes, previenen en condiciones normales la replicación celular. Su ausencia elimina el control normal de la multiplicación celular. En algunos trastornos hereditarios, los cromosomas tienen una fragilidad intrínseca; estos procesos conllevan un riesgo elevado de cáncer.
Sustancias Químicas: El alquitrán de hulla y sus derivados se considera altamente cancerígeno. Sus vapores en algunas industrias (ej. Refinerías) se asocian con la elevada incidencia de cáncer del pulmón entre los trabajadores
Hoy en día se sabe que el benzopireno, sustancia química presente en el carbón, provoca cáncer de la piel en personas cuyos trabajos tienen relación con la combustión del carbón.
El arsénico se asocia con cáncer del pulmón, pues los trabajadores de minas de cobre y cobalto, fundiciones y fábricas de insecticidas presentan una incidencia de este tipo de cáncer mayor de lo normal. En los trabajadores de las industrias relacionadas con el asbesto, la incidencia es de hasta 10 veces más que lo normal.
Una sustancia producida por el hongo Aspergillus flavus, llamada aflatoxina, y que contamina alimentos mal conservados, ocasiona cáncer de hígado en algunos animales. Se ha encontrado que en países donde la contaminación de alimentos por mohos es frecuente, la incidencia de cáncer del hígado y estómago es alta.
El cigarrillo es otro agente cancerígeno, se ha determinado que la muerte por cáncer del pulmón es 6 veces mayor entre fumadores que entre no fumadores. El cigarrillo es tan pernicioso debido a las sustancias que contiene; nicotina, ácidos y óxidos de carbono y alquitrán.
El alcohol es también un importante promotor; su abuso crónico incrementa de manera importante el riesgo de cánceres que son inducidos por otros agentes.
Radiaciones: Las radiaciones ionizantes son uno de los factores causales más reconocidos. La radiación produce cambios en el ADN, como roturas o trasposiciones cromosómicas en las que los cabos rotos de dos cromosomas pueden intercambiarse. La radiación actúa como un iniciador de la carcinogénesis, induciendo alteraciones que progresan hasta convertirse en cáncer después de un periodo de latencia de varios años. Los rayos ultravioletas del sol y los rayos X aumentan la propensión a adquirir cáncer de la piel y leucemia. La excesiva exposición a los rayos solares, por parte de personas de piel blanca, aumenta el riesgo.
Infecciones o virus: Existen cada vez más evidencias de que algunas infecciones pueden llegar a provocar cáncer y, en concreto, aquellas relacionadas con los cánceres de estómago, hígado, cérvix y con el sarcoma de Kaposi (un tipo especial de cáncer que aparece en enfermos de SIDA). Se ha relacionado la bacteria Helicobacter pylori con el cáncer de estómago. Distintos estudios demuestran que personas infectadas con esta bacteria tienen cuatro veces más probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer.
Los virus son la causa de muchos cánceres en animales. En el ser humano, el virus de Epstein-Barr se asocia con el linfoma de Burkitt y los linfoepiteliomas, el virus de la hepatitis con el hepatocarcinoma, y el virus herpes tipo II o virus del herpes genital con el carcinoma de cérvix. Todos estos virus asociados a tumores humanos son del tipo ADN. El virus HTLV, sin embargo, es del tipo ARN, o retrovirus, como la mayor parte de los virus asociados a tumores en animales. Produce una leucemia humana. En presencia de una enzima denominada transcriptasa inversa, induce a la célula infectada a producir copias en ADN de los genes del virus, que de esta manera se incorporan al genoma celular. Estos virus del tipo ARN contienen un gen denominado oncogén viral capaz de transformar las células normales en células malignas. Distintas investigaciones han demostrado que los oncogenes virales tienen una contrapartida en las células humanas normales: es el protooncogén, u oncogén celular.

Cáncer de mama

El cáncer de mama es el que comienza en los tejidos mamarios y existen dos tipos principales:
•          El carcinoma ductal que comienza en los tubos (conductos) que llevan leche desde la mama hasta el pezón. La mayoría de los cánceres de mama son de este tipo.
•          El carcinoma lobulillar comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen leche.
En raras ocasiones, el cáncer de mama puede comenzar en otras áreas de la mama.

Diferencia entre BRCA1 Y BRCA2.

El BRCA1 y el BRCA2 son genes humanos que producen proteínas supresoras de tumores. Estas proteínas ayudan a reparar el ADN dañado y, por lo tanto, tienen el papel de asegurar la estabilidad del material genético de las células. Cuando uno de estos genes tiene una mutación, o alteración, como cuando ya no se produce su proteína o esta no funciona correctamente, el daño al ADN no puede repararse adecuadamente. Como resultado de eso, las células tienen más probabilidad de presentar alteraciones genéticas adicionales que pueden conducir al cáncer.
Las mutaciones específicas que se heredan en el BRCA1 y en el BRCA2 aumentan el riesgo de cánceres de seno y de ovario en las mujeres y han sido asociadas con riesgos mayores de otros varios tipos de cáncer. Juntas, las mutaciones en el BRCA1 y en elBRCA2 representan casi de 20 a 25% de los cánceres de seno hereditarios (1) y cerca de 5 a 10% de todos los cánceres de seno (2). Además, las mutaciones en el BRCA1 y en el BRCA2 representan casi 15% de los cánceres de ovarios en general (3). Los cánceres de seno y ovario asociados con las mutaciones en el BRCA1 y en el BRCA2 tienden a presentarse a una edad más joven que los no hereditarios.
Una mutación dañina en el BRCA1 o en el BRCA2 puede heredarse de la madre o del padre de la persona. Cada hijo de uno de los padres que es portador de una mutación en uno de esos genes tiene una posibilidad de 50% (o 1 posibilidad en 2) de heredar la mutación. Los efectos

Cáncer colorrectal hereditario no asociado a poliposis (cnrhnp)

¿Qué es el Cáncer Colorrectal Hereditario No Asociado A Poliposis?
El cáncer colorrectal hereditario no asociado a  poliposis (CCRHNP) incluye el  Síndrome de Lynch y el cáncer colorrectal familiar tipo X.
¿Es común el síndrome de Lynch?
El Síndrome de Lynch es la causa  más frecuente de cáncer colorrectal hereditario y se cree que es responsable del  2,5 - 3% de todos los cánceres de colon y recto  en nuestro medio.
¿Cuál es el patrón de herencia del Síndrome de Lynch?
Se trata de una enfermedad hereditaria con patrón autosómico dominante, lo que significa que puede afectar tanto  a hombres como mujeres de  una misma familia, transmitiéndose la alteración genética de padres a hijos sin que se produzcan saltos generacionales, y aunque la penetrancia de este síndrome es alta (afecta al 80% de los que lo padecen), no es completa  por lo que no todos  los portadores de la alteración genética  padecerán la enfermedad,  sin embargo podrían transmitirla a su descendencia.
La alteración genética que se produce en este síndrome  es  una mutación en línea germinal en genes reparadores de ADN, más del 90% de las familias con Síndrome de Lynch tienen mutaciones en los genes MLH1 (60%), MSH2 (38%) y una  pequeña proporción a mutaciones en los genes MSH6 y PMS2.
¿Qué otras particularidades tiene el Síndrome de Lynch?
El síndrome de Lynch también predispone al desarrollo de otras neoplasias: endometrio (útero), estómago, ovario, intestino delgado, vías urinarias, cerebro,  riñón, páncreas y  vías biliares, cutáneas; siendo  las neoplasias más frecuentes  las de endometrio, estómago y ovario. Por lo que los pacientes afectados por este síndrome se beneficiarán de controles adecuados que vayan encaminados a detectar esta neoplasia.
¿Cuáles serían las características del Síndrome de Lynch?
El Síndrome de Lynch se caracteriza  por el desarrollo de cáncer colorrectal (CCR) a edades más tempranas que el CCR esporádico,  habitualmente  antes de los 50 años, con predominio de localización en colon derecho (ciego, colon ascendente) y una elevada tendencia a presentar neoplasias tanto sincrónicas (que se diagnostican a la vez) como metacrónicas (que se diagnostican posteriormente)  tanto en el propio colon o recto, así como en los órganos anteriormente mencionados (útero, estómago, ovario, etc.). También desde el punto de vista histológico (microscópico) tienen ciertas particularidades.  La secuencia adenoma-carcinoma  o transformación de pólipo a cáncer parece  que es más rápida en este grupo de pacientes. No obstante el pronóstico  del CCR en los pacientes con Síndrome de Lynch es  habitualmente mejor.

Los proto-oncogenes

Son genes cuyos productos promueven el crecimiento y la división de la célula. Codifican factores de transcripción que estimulan la expresión de otros genes, moléculas de transducción de señales que estimulan la división celular y reguladores del ciclo celular que hacen que la célula progrese a través de este ciclo. Los productos de los protooncogenes pueden localizarse en la membrana plasmática, en el citoplasma y en el núcleo celular, y sus actividades se controlan de diversas maneras, incluyendo la regulación a nivel transcripcional, traduccional y de modificación de la proteína. Cuando las células se convierten en quiescentes y dejan de dividirse, reprimen la expresión de la mayor parte de los productos de los protooncogenes. En células cancerosas, uno o más de un protooncogén está alterado de manera que su actividad no puede ser controlada de manera normal. A veces eso es debido a una mutación en el protooncogén que resulta en un producto protéico que funciona de manera anormal. Otras veces, los protooncogenes pueden codificar productos proteicos normales, pero los genes se sobre-expresan y no pueden ser transcripcionalmente reprimidos en el momento adecuado. En otros casos, el producto del protooncogén está continuamente activo, lo que estimula constantemente la célula a dividirse. Cuando un protooncogén está mutado o se expresa incorrectamente, y contribuye al desarrollo de un cáncer, pasa a denominarse oncogén (gen que causa cáncer).

Oncogenes

Un oncogén es un gen anormal o activado que procede de la mutación de un alelo de un gen normal llamado protooncogén. Los oncogenes son los responsables de la transformación de una célula normal en una maligna que desarrollará un determinado tipo de cáncer. En el hombre se han identificado y secuenciado más de 60 oncogenes en los diferentes cromosomas del genoma, formando un conjunto muy heterogéneo de genes.
En un individuo humano sano, existen más de 30 trillones de células que viven en un condominio interdependiente, regulando de forma mutua su proliferación, para asegurar que el tamaño de los diferentes órganos está coordinado y de acuerdo a la talla del individuo. Por ello, las células sólo proliferan cuando reciben señales muy específicas que provienen de otras células vecinas. Las células cancerosas, sin embargo, violan este esquema: ignoran todas las señales que reciben del exterior, y siguen sus propios esquemas de proliferación, invadiendo no sólo los espacios adyacentes, sino también sitios alejados del lugar de origen, a través del proceso de metástasis. Desde este punto de vista, las células cancerosas pueden considerarse como células "asociales", que no siguen las pautas del conjunto del organismo e incluso amenazan su supervivencia.
C-myc:
Los genes Myc son una familia de protooncogenes compuesta por varios miembros (L-myc, N-myc y c-myc). Se encuentran en las células normales y codifican proteínas del núcleo de la célula que se unen al ADN y facilitan su transcripción, regulan por lo tanto la actividad de otros genes.
El C-myc es una alteración que está presente en algunos pacientes afecto de cáncer de Leucemias, cáncer mama, cáncer estómago, cáncer pulmón y carcinomas de colon, neuroblastomas y glioblastomas.
Ras:
Es uno de los genes que se encuentran mutados con mayor frecuencia en los tumores humanos. Los genes de la familia ras codifican moléculas de transducción de señales que están asociadas a la membrana celular y que regulan el crecimiento y la división celular. Normalmente, las proteínas ras transmiten señales de la membrana celular al núcleo, estimulando a la célula a dividirse en respuesta a factores de crecimiento externos. Las proteínas ras varían entre un estado inactivo y un estado activo al estar unidas a GDP o GTP, respectivamente. Cuando una célula encuentra un factor de crecimiento, los receptores de los factores de crecimiento de la membrana celular se unen a ellos. Lo que provoca la autofosforilación de la porción citoplasmáticas del receptor. Esto provoca el reclutamiento de proteínas conocidas como factores de intercambio de nucleótidos en la membrana plasmática. Las mutaciones que convierten el protooncogén ras en un oncogén evitan que la proteína Ras hidrolice el GTP en GDP manteniendo siempre la proteína ras en su estado activo, lo que estimula constantemente la célula a dividirse.
El ras se presentas en: H-Ras que es cáncer de Carcinoma de vejiga. Y el K-Ras que es cáncer del Pulmón, cáncer de ovario y carcinoma de vejiga.

Los dos golpes de Knuclson:

 La hipótesis de Knuclson es la hipótesis que establece que el cáncer es el resultado de mutaciones acumuladas del ADN de las células. Fue formulada por primera vez por Alfred en 1971, y condujo indirectamente a la identificación de los genes supresores de tumores, relacionados con la progresión tumoral. Knudson ganó el premio a la investigación médica Albert Lasker por su trabajo.
Knudson realizó un análisis estadístico de los casos de retinoblastoma, para explicar precisamente el mecanismo hereditario de este tumor, una enfermedad autosómica dominante. El retinoblastoma es un tumor de la retina que afecta por igual a niños y adultos, en niños como enfermedad genética y en adultos de forma esporádica. Los niños frecuentemente desarrollan el tumor en ambos ojos, lo que sugiere una base hereditaria predisponente.
Como conclusión de este estudio, Knudson propuso que, en las familias afectadas por la forma hereditaria de retinoblastoma, se produce un primer evento (primer hit) en la línea germinal que inactiva uno de los dos alelos de RB1 (el gen que produce la predisposición al retinoblastoma). Como el otro alelo permanecería activo, esto sólo produciría una disminución del 50% en la cantidad de proteína activa, lo cual tiene un efecto despreciable. Knudson propuso entonces que debe producirse la pérdida del segundo alelo de RB1 (segundo hit) en un tejido somático para que se desarrolle un tumor en el mismo. Esto conduce a una paradoja: aunque la transmisión de la predisposición a desarrollar un tumor es dominante (porque basta un alelo mutado para transmitir la predisposición), el desarrollo del tumor en sí mismo es recesivo (porque hacen falta dos alelos mutados para producir el tumor). Se desconoce por qué se produce cáncer sobre todo en la retina como resultado de una mutación en un gen que es importante en todas las células del organismo.

Poliposis adenomatosa familiar (FAP)

            La poliposis adenomatosa familiar (FAP) es una condición genética en la cual las personas afectadas desarrollarán de cientos a miles de pólipos (crecimientos anormales en forma de setas) en todo su tracto gastrointestinal (GI) comenzando desde jóvenes (usualmente en la adolescencia o juventud). Estos pólipos se encuentran usualmente en el intestino grueso (colon y recto) pero se pueden formar también en el estómago y en el intestino delgado. Los pólipos que se forman en el intestino grueso se conocen como adenomas. Los adenomas se consideran precancerosos. Además, las personas con FAP también desarrollan otras características fuera del tracto gastrointestinal.
            La FAP Atenuada (Attenuated FAP, AFAP) es una forma más leve de FAP. Las personas con AFAP también desarrollan pólipos precancerosos en el tracto gastrointestinal, sin embargo, tienden a tener menos cantidad de pólipos en el colon, usualmente menos de 100.
            Dado que las personas con FAP o AFAP desarrollan muchos pólipos precancerosos en el colon y en el recto, aumentan las posibilidades de que uno o más de los pólipos puedan convertirse en cáncer del intestino grueso (también conocido como cáncer de colon, cáncer colorrectal o cáncer del recto).
            La causa de FAP es una alteración genética heredada (mutación) en el gen Adenomatous Polyposis Coli (APC). Los genes son las unidades biológicas de herencia que nos dan el color de nuestro pelo y ojos, la forma de la nariz, nuestro grupo sanguíneo y la cantidad de dedos que tenemos en las manos y en los pies. Si el gen APC lleva la información correcta, ayuda a Spanish translation of Familial Adenomatous Polyposis (FAP)proteger el colon de desarrollar pólipos y cáncer. Si ocurre una mutación en el gen APC, se desarrollarán pólipos precancerosos puesto que el gen APC ya no funciona bien y el colon no está protegido.
            La mayoría de las veces, FAP se hereda de un padre o madre que tenga la condición. Si la mutación del gen APC se pasa a un hijo, él o ella heredarán FAP. Es importante recordar que los padres no tienen control sobre cuáles genes heredarán de ellos sus hijos, y que la mutación genética APC se hereda de forma aleatoria (por casualidad). En aproximadamente un tercio (33%) de todos los casos, las personas desarrollan FAP aunque sus padres no lo tengan. Cuando esto ocurre, es debido a una nueva alteración genética o mutación que ocurre por casualidad.

Gen APC.

            El gen APC codifica una proteína de gran tamaño con numerosos dominios y diferentes sitios de interacción con otras proteínas. Esta proteína está presente en diferentes tejidos epiteliales, normalmente en células que experimentan procesos post-mitóticos. Los estudios inmunohistoquímicos muestran que APC aparece de forma difusamente distribuida en el citoplasma celular, aunque también se ha encontrado en las regiones apicales y laterales de las células epiteliales. La proteína APC participa en procesos celulares diversos que incluyen proliferación, diferenciación, apoptosis, adhesión, migración y segregación cromosómica.
            El análisis mutacional de APC revela que la mayoría de las mutaciones germinales encontradas en pacientes con poliposis familiar hereditaria (FAP) son mutaciones sin sentido que generan codones stop y por tanto proteínas truncadas. Más del 60% de las mutaciones encontradas en APC se concentran en una región central de la proteína (entre los codones 1284-1580) que recibe el nombre de mutation cluster region (MCR).
            La región MCR coincide con la región de APC que interviene en las funciones dependientes de b-catenina, lo cual sugiere que esta función es muy importante en la patogénesis del cáncer colorrectal. Diferentes estudios han demostrado que la proteína APC y b-catenina son partes importantes de la vía de señalización intracelular Wnt. Gracias al estudio de la interacción de la proteína APC con la glucógeno-sintetasa quinasa-3b (GSK-3b) y con b-catenina ambas partes esenciales de la vía Wnt, se ha podido conocer el papel que desempeña APC en el desarrollo del cáncer de colon.
            La GSK-3bse encuentra formando un complejo con APC, b-catenina y axina. La fosforilación de b-catenina por la enzima GSK-3b, hace que b-catenina sea diana para su degradación proteolítica vía ubiquitina-proteasoma. Las formas de proteína APC truncadas producen la alteración del complejo, con lo cual la b-catenina no es degradada y se acumula en el citoplasma celular. La b-catenina libre es translocada al núcleo celular, donde interacciona con los factores TCFs.
            El factor TCF4 es el miembro predominante de esta familia de factores de transcripción en células epiteliales de colon; mediante la activación de esta vía se aumenta la expresión de oncogenes como c-Myc y ciclina D1. Estas observaciones sugieren que b-catenina produce el aumento de expresión de genes dependientes de los factores de transcripción TCFs críticos en la proliferación y transformación de las células epiteliales colónicas. En este contexto es importante notar que las mutaciones que producen ganancia de función génica de b-catenina se han identificado en un 50% de los tumores de colon con el gen APC no mutado. Actuando por tanto b-catenina como un oncogen.

Cáncer cervicouterino.

            Se estima que el cáncer cervicouterino causa alrededor de 500.000 muertes al año en el mundo. En países en desarrollo, su incidencia llega hasta 40 por 100.000 mujeres. En Chile se estima una incidencia de 30 por 100.000 mujeres; anualmente se diagnostican 1.500 casos y fallecen alrededor de 900, siendo la tasa de mortalidad de 9,6 por 100.000.
            En los últimos años se ha ido atenuando la marcada declinación en la mortalidad lograda hasta mediados de la década del 80, lograda principalmente en los países desarrollados gracias al aumento de disponibilidad de programas de screening con frotis de Papanicolaou. La incidencia, a su vez, muestra una tendencia al aumento en los años recientes entre mujeres menores de 50 años en USA y Europa, que podría ser real o estar reflejando un aumento de detección por el uso de nuevas técnicas diagnósticas, tales como test de HPV y cervicografía. También podría estar afectada por un aumento en la frecuencia de los adenocarcinomas y carcinomas adenoescamosos. La sobrevida está fuertemente influenciada por el factor socioeconómico, lo que reflejaría la posibilidad de acceso a programas organizados de detección precoz y tratamiento. Especialmente en las regiones en desarrollo, el control de este cáncer y de sus lesiones precursoras debiera tener un importante impacto en la salud pública.
            La historia natural de esta enfermedad implica la progresión gradual por etapas intraepiteliales preinvasoras (neoplasias intraepiteliales-NIE-I, II y III o carcinoma in situ -CIS-, de acuerdo a la proporción del grosor del epitelio cervical comprometido. La prevalencia global de estas lesiones preinvasoras es de 10 a 15%. Las edades de máxima prevalencia son entre los 15 y 30 años para la NIE I, 30 a 34 años para NIE II, y 35 a 49 para NIE III. La tasa de progresión de la neoplasia intraepitelial cervical se encuentra entre el 6% y el 34% , explicándole la amplitud de este rango por las condiciones de diferentes países, distintas estrategias de detección precoz en distintas poblaciones, diferentes medios socioculturales y distintos estándares de atención sanitaria.
            Según distintos estudios, la NIE I regresa en cerca del 70% de los casos, mostrando en cambio la NIE III una tasa de progresión a carcinoma invasor de hasta 70% y una tasa de regresión de 32% . La NIE II muestra tasas de progresión a CIS o neoplasia más severa de 25%, siendo su riesgo relativo de progresión a CIS de 4,2 y a neoplasia más severa de 2,5. Debido a estos diferentes comportamientos evolutivos, se considera al NIE I como NIE de bajo grado y a las NIE II y III como de alto grado.
            La etiopatogenia de esta enfermedad ha podido ser investigada en forma detallada gracias a avances en biología celular, molecular e inmunología. Estos avances han permitido conocer el rol del virus papiloma humano en el desarrollo de lesiones premalignas y malignas del cuello uterino y han tenido importantes implicancias en la metodología de screening, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Infección por Virus Papiloma Humano.

            Los virus papiloma son un género de virus agrupados juntos por su tumorigenicidad y homogeneidad de DNA, que afectan a vertebrados. Actualmente se conocen más de 70 tipos de virus papiloma humanos (HPV), mostrando cada tipo un tropismo particular por sitios anatómicos específicos, siendo comunes las infecciones de piel y de mucosas del tracto oral, respiratorio y anogenital. La International Agency for Research on Cancer (IARC) de la OMS los clasifica como "carcinogénicos" (tipos 16 y 18), "probablemente carcinogénicos" (tipos 31 y 33), y "posiblemente carcinogénicos" (otros excepto 6 y 11).
            Se ha encontrado una fuerte asociación entre infección anogenital por HPV y desarrollo de neoplasia cervical intraepitelial y cáncer cervicouterino invasor. En 2.600 frotis cervicales se encontró DNA del tipo virus altamente oncogénico 16 en el 47% de las NIE de alto grado y en el 47% de los cánceres cervicouterinos invasores. En un estudio prospectivo en más de 18.000 mujeres se encontró, mediante técnicas de inmunología molecular, que la presencia de anticuerpos contra HPV16 confiere un riesgo 12 veces mayor que el resto de la población de desarrollar cáncer cervicouterino o carcinoma in situ, encontrándose además que el riesgo es más alto para las neoplasias desarrolladas 5 años o más después de la toma de muestra sanguínea para el estudio de anticuerpos, lo que apoya fuertemente al concepto de que la infección persistente por HPV16 (y probablemente por cualquier HPV oncogénico) está implicada casualmente en la etiología del cáncer cervicouterino .
            Desde el punto de vista genómico, el DNA del HPV se divide funcionalmente en 2 tipos de genes: los tempranos (E), y los tardíos (L). Los tempranos son responsables de la replicación del DNA, regulación transcripcional, y transformación del DNA de la célula infectada. Los genes tardíos codifican las proteínas de la cápside viral. Los productos de los genes tempranos actúan como oncoproteínas. Estas, expresadas en todos los tumores, inactivan a los productos génicos celulares supresores de tumores p53 y pRb, causando proliferación celular descontrolada. En los cánceres cervicouterinos asociados con HPV frecuentemente se encuentra una pérdida o disminución de la expresión alélica de las críticas moléculas clase I del complejo mayor de histocompatibilidad, que están íntimamente involucradas en el reconocimiento y presentación de antígenos de superficie. Su downregulation causada por el HPV podría explicar por qué algunos cánceres escapan a la vigilancia inmunológica mediada por células.
            La infección por HPV clínica y subclínica es la enfermedad de transmisión sexual (ETS) más común actualmente. La infección asintomática del cuello uterino por HPV se detecta en el 5 a 40% de las mujeres en edad reproductiva. La infección por HPV es un fenómeno transitorio o intermitente; sólo a una pequeña proporción de mujeres positivas para un determinado tipo de HPV se le encuentra el mismo en especímenes posteriores. El riesgo de NIE subsecuente es proporcional al número de especímenes positivos para HPV, lo que sugiere que el desarrollo carcinogénico resulta de infecciones persistentes. Actualmente está bien establecido que el principal factor causa de cáncer cervicouterino es la infección por HPV. La mayoría de la investigación epidemiológica de los años recientes se ha focalizado en la comprensión del rol de factores de riesgo que influirán en la adquisición de infección persistente por tipos oncogénicos de HPV, o el de factores coexistentes que mediarían la progresión en el continuo de los grados de lesión. Entre éstos tenemos: tabaquismo, polimorfismo del HLA o del gen p53, uso de anticonceptivos orales, paridad, otras ETS, y déficit nutricionales.
            El riesgo relativo de la asociación entre infección por HPV y neoplasia cervicouterina es de alta magnitud, en el rango de 20 a 70. Este rango es mayor que para la asociación entre tabaquismo y cáncer pulmonar y es comparable solamente al de la asociación entre hepatitis B crónica y cáncer hepático, relaciones causales que son indiscutibles. Evidencia reciente usando meticulosos tests con reacción de cadena de polimerasa en una gran colección de especímenes de cáncer cervicouterino ha mostrado que el DNA del HPV está presente en el 99,7% de los casos. Este hallazgo indica que la infección por HPV podría constituir una causa necesaria de neoplasia cervicouterina, evidencia con obvias implicancias para la prevención primaria y secundaria.

Conclusión
Finalizamos diciendo que existen ciertos factores que son capaces de originar cáncer en un porcentaje de los individuos expuestos a ellos. Entre éstos se encuentran la herencia, los productos químicos, las radiaciones ionizantes, las infecciones o virus y traumas. Los investigadores estudian como estos diferentes factores pueden interactuar de una manera multifactorial y secuencial para producir tumores malignos. Los exquisitos controles que regulan la multiplicación celular, en raras ocasiones, se alteran, originando una célula diferente a su progenitora.
Nuestro consejo ahora es evitar que el cáncer se forme. Como por ejemplo, mantener un estilo de vida saludable y evitar la exposición a sustancias que se sabe son causantes de cáncer, La segunda forma de prevenir el cáncer es detectar y tratar estados precancerosos (es decir, que pueden convertirse en cáncer) o el cáncer en forma temprana, cuando no presenta síntomas. 

Bibliografía.
http://www.monografias.com/trabajos-pdf5/biologia-tumoral/biologia-tumoral.shtml#ixzz3i5jCZNCD  (Monografias.com).
http://www.ecured.cu/index.php/C%C3%A9lulas_cancerosas#Caracter.C3.ADsticas_de_las_c.C3.A9lulas_cancerosas  (Ecu Red).
http://www.cancerquest.org/index.cfm?page=55&lang=spanish (Cancer Quest) .
2002, 2008 The University of Texas MD Anderson Cancer Center, Revised 10/01/08 Patient Education Office Page 2 of 11.
Servicios de Anatomía Patológica y Análisis Clínicos. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
CANCER CERVICOUTERINO: EPIDEMIOLOGIA, HISTORIA NATURAL Y ROL DEL VIRUS PAPILOMA HUMANO. PERSPECTIVAS EN PREVENCION Y TRATAMIENTO* Dr. Felipe Serman


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